lunes, 17 de diciembre de 2012

La música del mundo


Fue una lección. Algo que aprendí sin levantar dos palmos del suelo; fue algo que no entendía y que supongo ahora sí: “Quien te ama, te hará sufrir”. 6 palabras que acabaron acarreando dos conclusiones. No esperar nada de nadie y luchar por lo que cada uno cree.

Por supuesto que es fácil abandonar y esperar una racha de buena suerte, que puede llegar o no; lo complicado es levantarse después de caer, hacer acopio de esas fuerzas que ni siquiera sabíamos que poseíamos y enfrentarnos al dolor con esperanza y miedo. Para ello estamos creados, para sobrevivir, aun y cuando un objeto punzante nos esté desgarrando el alma. Sin embargo, el mundo, la sociedad y nosotros mismos necesitamos personas con más tesón, locura y esperanza que simple realismo cínico.

Necesitamos personas como Lucía, que con una enfermedad crónica, 7 años y demasiada morfina en el organismo aún sonríe; necesitamos también a Marcos, quien se olvidó de todas sus penas para ayudar a los más desfavorecidos y embellecer así nuestro mundo. Y aunque no lo sepas, también te necesitamos a ti, que aportarás tu grano de arena a la sociedad y por ello serás como el cisne de Avón inmortal.

Y ahí esta el secreto, centrarse en el futuro sin olvidar el sufrimiento que nos fortaleció. Soñar con un atardecer anaranjado, después de la tormenta. Estar dispuestos a componer la música del mundo y ser capaz de hacérsela escuchar a los demás. Porque, todos necesitamos a alguien que nos ayude a escuchar la música del mundo, alguien que nos ofrezca un bombón de chocolate después de habernos visto llorar, alguien que nos devuelva la esperanza y ahuyente el dolor. Y ese alguien, podemos ser nosotros mismos.

Naiara Rodríguez

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